Ediciones SM. El Barco de Vapor
7ª edición: mayo 2000
126 páginas
Última palabra: memoria.
Sinopsis:
Aquel día, Aurelio abrió los ojos y se dio un susto de muerte. Allí, a lo lejos, sobresaliendo por el otro extremo de la cama, podía ver dos pies enormes y... ¿desconocidos?
Aunque este libro también me hubiese servido para el reto largo con personaje con enfermedad, al final no decidí añadirlo, pero no por ninguna razón en especial.
Es un libro muy tierno que nos enseña a no juzgar a los demás y a aceptar las diferencias entre unos y otros.
Los personajes principales son muy cercanos y crean empatía desde el primer momento, me han caído todos (bueno, casi, si lo leéis lo entenderéis) muy bien.
Me ha gustado mucho, pero me ha dejado una espinita clavada debido a la nota final que incluye. No quiero destripar nada. Seguro que es una tontería, pero ya sabéis que no me gusta dar muchos detalles de las lecturas, y en este caso considero que es un detalle muy bonito que no debe ser desvelado.
En resumen, que para ser una novela para niños, no se hace aburrida ni infantil, es como un abrazo cálido que no quieres que se acabe. Ha sido toda una sorpresa.
El texto viene acompañado de las ilustraciones del mismo José María Almárcegui que además de ilustrador también colaboró en los guiones de varias novelas de Lalana. Las ilustraciones son de trazo sencillo y bonitas, quizá la pega es que al estar sombreado en gris no deja que se aprecien bien los detalles.
No he encontrado que este libro se haya editado en catalán.
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