09/04/2022

Poemes de sol i mosques de Núria Albertí

 

El cep i la nansa
1ª edición: mayo de 2021
14 páginas

Sinopsis:
Ve l'estiu amb xancletes,
barret i ulleres de sol.
Es posa crema a les galtes
i duu fresques samarretes
perquè vol
temperatures més altes;
gelats sota un para-sol.
[Viene el verano con chanclas,
sombrero y gafas de sol.
Se pone crema en las mejillas
y lleva frescas camisetas
porque quiere
temperaturas más altas;
helados bajo un parasol.]
*Traducción literal


El punto de poesía del Retópata siempre me da miedo, porque no me gusta nada la poesía, no la entiendo ni me llega. Por eso, en cuanto vi que este libro encajaba perfectamente, no lo dudé un instante.
Esta es una pequeña recopilación de poemas infantiles donde todos tienen el nexo común de ocurrir en verano y evocar el calor, la playa y los insectos molestos que se dan en esta época.
No son nada del otro mundo, pero al menos tienen sentido, los he entendido y me han parecido imaginativos y distraídos. Encima, tacho un punto del reto.
El texto va acompañado de las ilustraciones de Mercè Galí, sencillas, de trazos simples, pero cálidas y adecuadas a lo que representan.

En camino de José Ángel Ares y Paco Hernández

 

Ediciones La Cúpula
2ª edición: agosto de 2021
174 páginas
Última palabra: comienza.

Sinopsis:
Emma, una dibujante de cómics en la treintena, acaba de dar portazo a su pareja y, guiada por un impulso, se planta en Roncesvalles con la mirada fija en Santiago de Compostela.
Con el paso de los días -y acompañada de aluna que otra ampolla inesperada-, irá dándose cuenta de que el camino que recorre la acerca y aleja de todos los que la rodean, que el peso de la mochila no solo lo llenan los veinte kilos de ropa y las dos sartenes que lleva dentro, y que lo ella creía que sería simplemente ponerse a andar y echarse kilómetros a la espalda, se convertirá en todo un aprendizaje, no solo por la gente que se cruzará en el trayecto, sino por todo lo que descubrirá sobre ella misma.

Paco Hernández escribe y José Ángel Ares dibuja esta maravilla de cómic. Tengo que reconocer que la historia en sí no me ha gustado demasiado, más que no gustar es que no me la he llegado a creer. Posiblemente porque soy una marmota muy pesimista y no me parece creíble que se lleguen a forjar las amistades que explica en el tiempo que dura el camino. 
Me ha parecido una maravilla por todo lo que me ha evocado. Los que no hayan hecho el Camino entenderán o se imaginarán lo que es y los que lo hayan hecho, como es mi caso, rememorarán todo lo vivido y se sentirán identificados con todo lo que cuenta.
No es sólo el peso físico que llevas en la mochila, sino el peso emocional, todo el lastre que llevamos encima. Empezar a andar te ayuda a pensar, reflexionar y darle vueltas a las cosas y eso es impagable. La emoción de llegar a los sitios y, sobre todo, a Santiago es indescriptible y te muestra que si eres capaz de hacer eso, eres capaz de hacer cualquier cosa, aunque los fantasmas de la rutina y del día a día lleguen a empañar ese sentimiento.
Quizás es porque no hice sola el Camino y por eso no me identifico con la historia que nos cuentan en el cómic y no me creo las relaciones que se establecen, aunque sí que te vas relacionando con la gente que te encuentras y con la que compartes albergue. Recuerdo con mucho cariño a un señor con el que coincidimos en dos albergues seguidos y esperábamos encontrarlo en un tercero, pero no fue el caso y no supimos nada más de él. Sólo espero que le haya ido todo bien y esté bien donde esté. También me gustó mucho un pequeño albergue cerca de Palas de Rey donde apenas éramos unos 6 u 8, lo que se hizo muy cercano e íntimo comparado con los grandes albergues llenos de personas. Y la gente que te encuentras en el Camino y te ayuda o te resuelve dudas. En general todo el mundo era muy amable y colaborativo, pero no pasaba de ese momento compartido y luego no los volvías a ver. Porque cada uno lleva su ritmo, cada uno hace su propio camino y no se parece al de nadie.
Sólo sé que quiero volver a hacerlo, sabiendo ahora las cosas que no sabía entonces y sabiendo que ahora soy una marmota distinta a la que era entonces y éste cómic ha hecho acrecentar las ganas que tengo de repetir.

Chocolat de Joanne Harris

 

Duomo Ediciones
1a edición: septiembre de 2013
295 páginas
Última palabra: él.

Sinopsis:
Una novela deliciosa y adictiva.
Bienvenidos a la chocolatería de Vianne. El chocolate puede ser mucho más que un placer para los sentidos. A veces, una pecaminosa tentación y otras, una forma de acercar los sueños a la realidad.

Estamos teniendo un parón lector debido a diversos motivos, por lo que pedimos disculpas a los lectores de este humilde blog por el retraso en las entradas, pero vamos a intentar ir actualizando las pocas lecturas que tenemos pendientes y leer algo más, aunque sean lecturas sencillitas que no nos hagan gastar mucha energía en ellas y nos distraigan y hagan más llevaderas las cosas.
Empezamos con Chocolat. Como ya dije aquí, pensaba que la película del mismo nombre estaba basada en Como agua para chocolate, no sé decir el porqué, y el cambio de título se debía a las típicas cagadas inventivas de los traductores para llamar la atención del público al que va dirigido o para encajar mejor en el país donde se va a comercializar la película.
Dicho esto y solucionada la confusión en mi cabeza, debo decir que me ha gustado más la película que el libro, aunque éste no me ha disgustado. De aquí me ha gustado mucho el trasfondo de Vianne y de su hija, que en la película se intuye pero no acaba de quedar claro. El personaje del cura del libro me ha parecido odioso y a ratos sus capítulos (pues se iban alternando los dedicados a la visión de Vianne y los del Padre) me han parecido demasiado contemplativos y alargados de forma un poco cansina (supongo que debido también a la manía que le había cogido al personaje). 
Por otro lado, el personaje de Roux me ha gustado más cómo se trata en la película, aquí me parece demasiado desconfiado y enfadado con la vida, mientras que en la película va con la cabeza bien alta, no se deja amedrentar y le da igual lo que piensen de él y es más seguro.
En la lectura se evocan muchos olores y de forma bastante descriptiva, muy parecido al estilo que se lee en El Perfume de Patrick Süskind, pero en ninguna de las dos me ha llegado a parecer olerlos como mucha gente explica.
También me ha gustado mucho que los capítulos están divididos en los días de Carnaval, pero esto es debido a que, por pura casualidad, lo leí por las mismas fechas e iba casi a la par entre lectura y vida real y fue una coincidencia que me hizo mucha gracia. También he de decir que esto juega un poco en contra del libro porque había algunos pasajes que me resultaba algo irreal que pasara en tan poco tiempo.
En general, ha sido un libro entretenido y bastante ligero, lo recomendaría para una lectura entre otras más densas.