Baula
1ª edición: octubre de 2021
48 páginas
Última palabra: sardines! [sardinas!]
Sinopsis:
A l'hora d'explicar un conte, ningú no ho fa tan bé com l'Ant.
Però un vespre, assegut amb la família a la vora del foc, a l'Ant no se li acut ni un sol conte que no hagi explicat abans.
Necessita un llibre amb més històries. O potser el que tots necessiten és una biblioteca.
[A la hora de contar un cuento, nadie lo hace tan bien como Alce.
Pero una noche, sentado con su familia cerca de la chimenea, a Alce no se le ocurre ni un solo cuento que no haya contado ya.
Necesita un libro con más historias. O quizás lo que todos necesitan es una biblioteca.]
Un cuento muy bonito sobre el poder de la lectura y el amor por los libros. Llamadme sensible, pero me emociono cuando veo a alguien disfrutar con un libro o entrar feliz a la biblioteca y salir todavía más feliz con un buen montón de libros bajo el brazo. Disfruto viendo a la gente leer y que cuida bien los libros, que se interesa por ellos tanto como objeto como por las historias que cuentan. Y esto es lo que he sentido con este libro. Aunque sea fantasía, el ver a todos los animales pendientes de Alce mientras les cuenta un cuento, ver cómo Alce se hace con el bibliobús y verlos a todos entrar corriendo y leyendo por todas partes y otros aprendiendo a leer, simplemente me parece muy bonito.
Y si además lo acompañas con ilustraciones preciosas de la misma autora que casi parecen hechas con la técnica del puntillismo, pues acabas de redondear el libro.
El único "pero" que le pondría, por ponerle alguno, es sobre la figura de Topo. Siempre se ha dicho que los topos son ciegos o que apenas ven y la cultura popular los dibuja con grandes gafas oscuras (si lo consideran ciego) o de gran aumento (si los considera cortos de vista). Por lo tanto, se le podría haber dibujado como tal y con un libro en Braille o con letra aumentada o con una lupa y no leyendo como si nada, dando así visibilidad (nunca mejor dicho) a las personas con capacidades reducidas, o incluso con un audiolibro, aunque creo que eso hubiera sido más difícil de dar a entender.
Esto me recuerda a una pregunta que nos hicieron y que aún yo no he encontrado respuesta: no conozco ninguna editorial o sello que haga cuentos infantiles con letra grande para niños con dificultad visual. Y no me refiero solo a cuentos de niños muy pequeños con poco texto, si no ya a novelas infantiles y juveniles. Dado que estamos en un momento en que la sociedad da visibilidad a todo, me parece un buen punto para reflexionar.
Creo que el motivo por el que no hay novelas con letra grande es que no resultan prácticas, por el aumento de volumen del libro. Aumentar el tamaño de letra implica también aumento de páginas. Los libros en braille, por ejemplo, casi siempre son versiones resumidas, porque las hojas deben ser más gruesas y al estar perforadas o en relieve solo se pueden escritas por una cara. Un libro completo en braille puede tener diez veces el volumen de la misma obra en impresión tradicional, y por lo general se divide en varios volúmenes para que resulte manejable. Con un libro en letras grandes pasaría lo mismo, Con los medios actuales es mucho más práctico y barato que las personas que no distingan bien las letras lean en PDF y ajusten el zoom de la pantalla conforme lo necesiten.
ResponderEliminarTe entiendo y lo comprendo, pero eso es una barrera y estás privando a niños y no tan niños de poder disfrutar de la lectura. Puede ser práctico en algún momento lo que comentas del PDF y poder aumentar, pero dudo que sea bueno para la vista, si ya sufren de ella, que deban estar continuamente delante de una pantalla.
EliminarEn algunas biblioteca públicas hay lupas de sobremesa de gran aumento, que casi es lo mismo que leer en una pantalla, pero no es igual. Creo que si algún día me peligra la vista, intentaré hacerme con una de ellas.
Como digo, sigo pensando que es un vacío y que habría de encontrarse la manera de poner remedio.