La Gaya Ciencia. Colección Moby Dick. Biblioteca de bolsillo junior.
3ª edición: Diciembre de 1983
255 páginas
Última palabra: condes...
Sinopsis:
La escritora anglonorteamericana Frances Hodgson Burnett (1849-1924) es autora de una cuarentena de novelas romántico-sentimentales, entre las cuales alcanzó rápida fama mundial El pequeño lord (1886): Un niño nacido en América y que en su día será conde, es llevado a Inglaterra para recibir una educación apropiada.
Ya conocíamos a la autora al leer El jardín secreto, novela que me encantó, así que esperaba lo mismo de este pequeño lord y la verdad es que no me ha defraudado para nada, me ha gustado muchísimo y me parece una historia muy tierna y que me ha dejado una sensación de alegría y paz.
El pequeño lord, Cedric, es un cacho de pan, un niño muy bien educado en la sencillez y en el altruismo y amor al prójimo. A muchos les puede parecer un niño repelente, pero a mí no ha llegado a hacérseme pesado. Salvando mucho las distancias, me ha recordado un poco a Ana la de Tejas Verdes en la forma que tienen los niños en relatar con entusiasmo lo que les ha ocurrido o han hecho, pero, en contrapartida, Ana sí que se me hizo muy pesada, pero porque recuerdo que sus explicaciones eran parrafadas larguísimas, una detrás de otra, y aquí con Cedric se me ha hecho más liviano, enternecedor y más inocente.
También es verdad que éste libro tiene el mismo trasfondo que el mencionado jardín: cómo con el poder del bien, la bondad y el amor pueden cambiar las cosas para bien, tener un final feliz y ablandar a los corazones más duros. Haz el bien y no mires con quien y, la máxima wiccana, todo lo que hagas lo recibirás por triplicado.
Todos los personajes están bastante bien definidos, incluidos los que llamaríamos secundarios, aunque puedan tener más peso en la historia de lo que pensamos.
Lo que se me ha hecho muy raro del libro son dos cosas; la primera, que Cedric llame "cariño" a su madre. Esto es así porque es como la llamaba su marido y padre de Cedric, que murió siendo Cedric muy pequeño, y así se quedó. Podría habérsele ocurrido cualquier otro apelativo cariñoso (valga la redundancia), pero ése en concreto me choca un poco.
La segunda cosa que me chirría son las ilustraciones de Pilarín Bayés. No me malinterpretéis, sus dibujos me encantan y he crecido con ellos en muchos de mis cuentos y libros, pero no me preguntéis por qué en este libro me da la sensación que no encajan. A lo mejor porque asocio sus personajes y escenas a libros más infantiles o porque al estar ambientado en la Inglaterra victoriana lo relacionaría con dibujos más serios y realistas.
En América se ve como relativamente normal que las madres besen a sus hijos e hijas en la boca cuando son pequeños (5-10 años) por lo que el apelativo de "cariño" a su madre, que a nosotros nos suena raro, seguramente también se vea como algo normal entre ellos.
ResponderEliminarSobre la historia, me suena mucho y es posible que haya visto alguna versión cinematográfica, pero no recuerdo casi nada de ella.
No recuerdo que mencionen dónde le da los besos a su madre, pero explica que le llama "Cariño" porque se lo oye decir a su padre.
EliminarHay dos películas, una del 36 y otra del 80, no he visto ninguna de las dos, pero creo que la primera se puede ver online.