21/03/2021

Un ladrón debajo de la cama de Anke de Vries

 

Ediciones SM. Colección El Barco de Vapor
10ª edición: mayo 2002
69 páginas
Última palabra: policía.

Sinopsis:
Hans está empeñado en ser un ladrón. Por eso se ha puesto la gorra de visera y lleva un saco al hombro y una pistola. Lo malo es que nadie lo toma en serio. Ni siquiera su amiga Lisa. Así que tendrá que robar algo para demostrar de lo que es capaz. Y eso no es tan fácil...


Fue publicado por primera vez en esta colección en octubre de 1992 y no he encontrado su contrapartida en catalán, pese que hay otros libros de la misma autora en catalán.
Es un libro en el que se pone de manifiesto la tenacidad que hay que tener para ir superando obstáculos y conseguir lo que uno quiere. Aunque sea ser un ladrón. 
Estas historias que mezclan "el bien y el mal" me dan un poco de cosa presentarlas a los niños porque siempre me queda la duda de si tomarán como referencia el mal ejemplo. Cierto es que Hans es un inocentón que realmente no tiene malicia y al que influye el qué pensará su amiga, pero cabe la posibilidad de que un niño quiera seguir su ejemplo y no le pase como al protagonista y puedan acabar mal las cosas.
O a lo mejor soy yo, que soy muy cerrada de mente y no tengo ni idea de la psicología de los niños ni de cómo educarlos.
Las ilustraciones de Olga Pérez me parecen horribles, desproporcionadas, psicodélicas y sin sentido. Feas, muy feas.

3 comentarios:

  1. Lo de las malas ilustraciones en libros infantiles es muy común. Leí en algún lado que muchas veces se hacen así expresamente para que los peques vean dibujos con la misma falta de proporción y detalle que los que hacen ellos y así se sientan más identificados con la historia, pero me suena a mala excusa. Un niño que vea ilustraciones "malas" publicadas en un libro podría pensar que tal como las hace él ya están bien, y no se esforzará por mejorarlas.
    Mi peque se esfuerza mucho en sus dibujos cuando está en casa, llenando la hoja de cosas hasta que ya no queda más sitio. Los dibujos que trae del cole, en cambio, son muy sosos, y eso es porque la profesora siempre les dice a todos que lo que han hecho está muy bien, ya sea un buen dibujo o un garabato. Si te van a valorar lo mismo por esforzarte que por no hacerlo ¿Quién se va a molestar?

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    1. No entiendo nada de psicología infantil, pero a mí también me parece una excusa... Yo siempre he considerado "arte" lo que reproduce lo más fielmente posible la realidad. Lo más abstracto no lo he entendido nunca. Entiendo que un niño lo haga lo mejor posible y siga siendo un garabato, pero hay que reforzar lo positivo y sobre todo, como dices, premiar el esfuerzo.
      Las ilustraciones de este libro me recordaron a los años 60-70, con los suelos de baldosas negras y blancas como tableros de ajedrez, peinados estrambóticos y decoraciones psicodélicas. Entiendo el uso de colores llamativos, pero no me gustan las desproporciones. Hay una ilustración de un anciano sentado encima de una mesa de patas larguísimas y finísimas que, obviamente, no pueden sostener tal peso... Encima, dibujada casi en diagonal para más inri...

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    2. ¡¡¡Ahhh!!! Además, el lagarto-rana-loquesea que aparece en la portada encima de la gorra (también desproporcionada) del niño, aparece también en todas y cada una de las ilustraciones. ¿Qué pinta en ellas? Está ahí porque sí.
      Y en otras, destripando un poco la historia, al final aparecen unos ladrones de verdad. Pues en una página están dibujados de una manera y en la siguiente, de otra. No tiene ningún sentido...
      Nada, un libro para olvidar...

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