14/11/2020

El misterio de la calle Poniente de Fernando Gómez

 

Huerga & Fierro Editores
Octubre 2007
123 páginas
Última palabra: muerto.

Sinopsis:
En febrero de 1912 la desaparición de una niña de tres años conmocionó todos los rincones de Barcelona. La investigación y los descubrimientos posteriores mostraron a la opinión pública una serie de macabros asesinatos que estremecieron una ciudad que paseaba la resaca revolucionaria de la Semana Trágica.
Parece ficción, pero no lo es. Por las páginas de este libro deambula una suerte de personajes que ayudan a conformar la historia. Individuos de carne y hueso, muchos de ellos incapaces de ser los protagonistas de su propia historia. Vistos por separado sólo tienen el valor de lo anecdótico, pero en su conjunto convergen para perfilar fielmente el auténtico rostro de una despiadada criminal, Enriqueta Martí.
Enriqueta Martí, mendiga de día y marquesa de noche, conoce el poder desde el lado más oscuro. La sangre fresca es su preciada mercancía, los niños sus proveedores y una burguesía enferma sus clientes.

Mi celebración de Halloween, la noche del 31 de octubre, consistió en quedarme en el sofá y hacer zapping. Acabé en un canal autonómico catalán viendo el programa "Misteris amb Sebastià d'Arbó", un programa donde d'Arbó, periodista (entre muchas otras cosas) de lo paranormal y el esoterismo, pone en conocimiento de los telespectadores casos extraños y misteriosos. Entre los casos que pusieron esa noche (que era un recopilatorio) hablaron de Enriqueta Martí, más conocida como "la vampira de Barcelona", "la vampira del carrer Ponent" o "la vampira del Raval". Tal como indicamos, Enriqueta Martí era una mujer que secuestraba niños para prostituirlos, asesinarlos y hacer ungüentos y pócimas con sus restos. Y para hablar de ello, invitaron al programa a Fernando Gómez, que aprovechó para hablar de su libro (por lo que imagino que el programa era de finales de 2007 dada la publicación del mismo). Gracias a este programa, busqué el libro para leerlo. Ya conocía el caso y el personaje, pero me apeteció leerlo.
Lo primero que me llamó la atención fue que es una novela. Pensaba que sería un ensayo o una recopilación de todo lo acaecido. Lo segundo, su brevedad, sólo 123 páginas. Pero aún así me puse a ello.
El libro tiene un estilo muy ligero y se lee de forma ágil. Además es muy original su planteamiento ya que cada capítulo está escrito desde el punto de vista de diferentes personajes que formaron parte del suceso (el guardia municipal, el alcalde, la vecina...) por lo que vamos descubriendo la historia desde diferentes ángulos. No incide en lo morboso, aunque se describe lo que se descubrió tras esas paredes, y da un repaso a todo el caso, además de explicar cómo vivía la sociedad en la época, hablarnos de las calles, los negocios y las costumbres de entonces.
Con lo que no puedo es con la inmensa cantidad de faltas de ortografía y de redacción que hay (y que el anterior usuario que ha cogido el libro en préstamo ha corregido a lápiz...). Sin acentos, mala puntuación, omisión de palabras... No me puedo creer que en 2007 no pasaran el corrector del ordenador antes de publicar o, almenos, que le diera un repaso, señor Fernando Gómez, que se supone que es usted periodista y novelista. No compro que sea su primera novela, no tiene justificación. 
Si no conocéis el caso, es una buena aproximación al mismo sin hacerse pesado y de manera superflua. Si ya lo conocéis, se queda algo corto, pues no aporta nueva información.

2 comentarios:

  1. No conocía este caso, pero recuerda un poco al del "crimen de Gádor", que se dice dio origen al personaje mítico del Hombre del Saco.

    Y toda mi admiración al tipo que se dedicó pacientemente a corregir al libro antes de devolverlo a la biblioteca. Un verdadero héroe anónimo.

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    1. Precisamente ocurrió más o menos a la par, el de Gádor en 1910 y el de Enriqueta en 1912 y precisamente en el libro lo mencionan cuando se dan cuenta de que los métodos de Enriqueta podrían ser parecidos a los de Gádor.
      A mi no me parece bien que se pintarrajee un libro y menos cuando no es tuyo. Claro que me molesta ver las faltas de ortografía, pero más que alguien se dedique a poner crucecitas y a escribir un bien común... Además, que se dejó unas cuantas por marcar, así que tampoco lo hizo tan bien...

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