Plaza & Janés
1961
159 páginas
Última palabra: Mason.
Sinopsis:
-Temo parecerle ridícula, señor Mason, pero he aquí los hechos: mi padre estaba desayunando y me ha pedido que le preparase otros dos huevos con jamón. He ido a la cocina y, cuando he vuelto para servírselos, mi padre había desaparecido... Le he esperado... Después lo he buscado en vano por toda la casa... Sólo he encontrado su cartera en el estudio... donde había también una silla rota y muchos billetes de Banco esparcidos alrededor de un charco de sangre.
-¿Ha avisado usted a la policía? -preguntó Mason.
-No... Mi padre me había advertido que si ocurría algo insólito, no mezclara a la policía en el asunto y me pusiera en contacto con usted.
Intrigado en primer lugar por el desconcertante aspecto que presenta el nuevo caso, Perry Mason no tarda en tener la impresión de que le tienden una trampa que le será imposible evitar.
Novela facilona de leer pero igual de enrevesada que otras suyas. La mejor parte, el juicio. Los interrogatorios y contrainterrogatorios y la puesta en evidencia de un fiscal que pretende por cualquier medio llegar a tener razón son buenísimos. Lástima del spoiler que te hace el título, pues buscas una cosa que luego no es, podrían haberlo titulado de otra manera.
Eso sí, en la línea de la señora Christie de guardarse información para el final.
Entretenida y rápida.
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