02/03/2025

La increïble història de... l'àvia gàngster de David Walliams


Título original: Gangsta Granny. Título traducido: La increíble historia de... la abuela gángster.
Penguin Random House. Montena
3ª edición: abril de 2014
295 páginas
Última palabra: àvia. [abuela.]

Sinopsis:
Vols conèixer l'àvia d'en Ben? Segur que et semblarà la típica àvia de manual:
-Té els cabells blancs.
-Porta dentadura postissa.
-Es guarda el mocador a la màniga de la brusa...
Però hi ha una altra cosa... És una lladre de joies perseguida a tot el món!
[¿Quieres conocer a la abuela de Ben? Seguro que te parecerá la típica abuela de manual:
-Tiene los cabellos blancos.
-Lleva dentadura postiza.
-Se guarda el pañuelo en la manga de la blusa...
Pero hay algo más... ¡Es una ladrona de joyas perseguida en todo el mundo!]


Hacía tiempo que me habían recomendado este libro y a este autor, así que le he hecho un hueco para el punto de protagonista mujer mayor de 50 años. Ahora no recuerdo qué edad tiene la protagonista, pero es bastante obvio que mayor sí es.
Quizá he hecho un poco de trampa, porque se podría decir que el protagonista es Ben, el nieto, y es a través de él que conocemos la historia, pero este es uno de esos casos en que el personaje secundario (si es que se puede llegar a apreciar como tal) es mejor que el prota. 
Esta abuela, aunque con sus particularidades (gustos culinarios que afectan a su digestión incluídos) es todo un amor y es inevitable quererla.
Yo no me quejo de mis abuelas, para nada, tengo buen recuerdo de ellas, y, al contrario que el protagonista, me gustaba ir a pasar ratos a su casa. Aún así, también es comprensible que un niño de 12 años (tampoco recuerdo la edad exacta, mi neurona no da para más) se aburra de ir cada viernes a casa de la abuela, hacer lo mismo y comer lo mismo. Hasta que descubre una cosa fascinante de su abuela y esas visitas cambiarán por completo.
Es un libro muy divertido y muy bonito, con una moraleja muy especial. Lo pueden leer tanto los niños como los adultos y algo sacarán. Además, se lee bastante rápido, la letra es grande y se intercalan dibujos. Que, por cierto, las ilustraciones son de Tony Ross, que en un primer vistazo me recordaron a Quentin Blake, tiene un estilo muy parecido, aunque éste quizá un poco más elaborado que el de Blake.
Resumiendo, que lo recomiendo (rodolí!) encarecidamente y me apunto el autor para buscar algo más de él.

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