Ediciones G.P.. Libros Reno.
1966
439 páginas.
Última palabra: Él.
Sinopsis:
Lola, espejo oscuro es, indiscutiblemente, el acontecimiento novelístico de nuestra posguerra. [...] Darío Fernández-Flórez nos ofrece en esta novela extraordinaria un relato siempre ameno que, desde la primera hasta la última página "agarra" al lector con su garbo literario, su sabroso desenfado y su briosa acción novelesca.
Una acción siempre viva, cruzada por los más estupendos personajes y tratada con una sinceridad sorprendente, pese al crudo realismo del tema.
Esta novela ha estado a puntito de acabar en la categoría de Libros abandonados pero en algo tiene razón la sinopsis, te agarra y quieres saber más.
Nos encontramos ante la biografía de una prostituta de lujo muy creída, fría y materialista que se verá inmersa en asuntos bastante escabrosos y macabros y que nos servirá de espejo, como su título indica, para reflejar la sociedad madrileña de la posguerra a través de sus clientes y su entorno.
La novela se divide en cuatro partes, siendo las dos primeras las más interesantes. Ahí descubrimos su infancia y su entrada al mundo de la prostitución. Las dos últimas son más psicológicas y emocionales, donde no hay tanta acción y se hace algo más aburrida, sobretodo la última parte, donde asistimos a interminables discusiones con Juan, uno de sus clientes, donde se supone que deben dejar las cosas claras y ahí no se aclara nada.
Tiene un final abierto puesto que le siguen dos novelas más, de las cuales sólo tengo la segunda, y acaba con una especie de epílogo que, en mi opinión, sobra un poco.
Hay que tener en cuenta la picaresca y la época en la que se publicó, me refiero a que, a pesar de ser las memorias de una prostituta, no vamos a encontrar nada explícito, más bien al contrario, se habla del tema con sutileza y dejando entrever más que mostrando.
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