26/11/2022

Colección Grandes Aventuras: Príncipe y mendigo de Mark Twain

 

Ediciones B para El Periódico
1994
32 páginas
Última palabra: Tom!
Portada: Antonio Bernal Romero
Adaptación: Miguel Cussó Giralt
Dibujos: Cándido Ruiz Pueyo

Sinopsis:
No aparece en el cómic. Realizada a partir de su lectura. Una tarde de otoño de 1538 nacen, en Londres, Eduardo, el hijo de Enrique VIII de Inglaterra y futuro heredero del trono y Tom, hijo de los Canty, unos pobres que viven de la caridad y del robo. Tom, pese a ser de origen humilde y tener malas influencias por parte de su padre, es un chico sensible que aprende a leer y sueña con ser un personaje principesco como los que aparecen en los relatos. Así pues, cuando se le presenta la oportunidad de ver de cerca al hijo del rey, aprovecha la ocasión a pesar de las posibles consecuencias. Pero Eduardo, cansado de estar sólo rodeado de mayores y anhelando un amigo, entabla amistad con él y le propone un intercambio de lugar y de ropas: Eduardo fingirá ser Tom para poder pasear por Londres sin ser vigilado y Tom se quedará en palacio esperando su regreso. Pero lo que debería ser una aventura de una tarde, se complica cuando el padre de Tom cree encontrar a su hijo holgazaneando y se lo lleva a casa.

Sobre la historia: Conocía la historia de intercambio de papeles, sobre todo por las innumerables versiones que se han hecho de esa premisa y por el vago recuerdo de la película de Mickey Mouse basada en esta historia en concreto. Me ha gustado y me ha parecido interesante, aunque me esperaba un cierto equilibrio entre ambos niños y coge más protagonismo Eduardo y sus aventuras fuera de palacio y aunque consentido y altivo al inicio, se hace más humano y benevolente. Me ha hecho mucha gracia el asunto que gira entorno al sello real, quizá por lo tonto que es. 


Sobre el cómic: Ya vimos los dibujos de Cándido en otra ocasión y aquí mantiene el trazo realista y los colores pastel, aunque hay algún primer plano que es algo inquietante, como podéis ver en la imagen. Admitimos que Tom hacía tiempo que no probaba el pollo, si es que lo había probado alguna vez, pero ése rostro es un poco raro, si además nos fijamos también en el de Eduardo, en un segundo plano, que parece que le haya envenenado el muslo... Aparte de eso, como curiosidad, decir que hay algunos cuadros de texto coloreados, aunque justo en esta lámina no aparezca ninguno, y, como cambio mágico de color de esos que hace un tiempo que no vemos, aparece la madre de Tom como morena en toda la historia para aparecer rubia en la última viñeta.


Y la próxima semana nos haremos de nuevo a la mar.



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