03/11/2022

Abiertamente hetero (Bilogía Abiertamente hetero #1) de Bill Konigsberg

 


Kakao Books
1a edición: Febrero de 2020
328 páginas
Última palabra: celebrando.

Sinopsis:
¿Por qué hay que ponerle etiquetas a todo?
Rafe está harto. Desde que salió del armario con sus padres y en el instituto, para muchos no es más que «el chico gay» del pueblo. Quiere empezar de nuevo y la Academia Natick, un colegio privado masculino donde enseguida encaja con los más deportistas, parece el lugar perfecto para reinventarse sin mencionar ese detalle.
Pero todo tiene un precio y, cuanta más amistad hace Rafe con sus compañeros, más difícil le es ocultarse sin mentir. Y además, hay un problema. Ese problema es un chico enorme, tierno y encantador que se llama Ben.


Ya le había echado el ojo a esta editorial, Kakao Books, una editorial que se ha centrado en novelas y lecturas juveniles para la diversidad, y tenía mucha curiosidad. He empezado por éste como recomendación, me dijeron que era entretenido, así que lo he usado para el punto de lectura fresca y divertida. Fresca es y tiene momentos divertidos, pero tiene un trasfondo que no es para reírse.
Aunque pueda parecer una novelita romántica, lo que realmente nos quiere transmitir el autor y lo que quiere que nos preguntemos es, precisamente, la primera frase de la sinopsis: ¿qué necesidad hay de etiquetarlo todo? Porque, aunque no seamos conscientes, las etiquetas hacen que veamos el mundo y nos veamos a nosotros mismos de una manera concreta y damos por supuesto cosas: si eres gay debe gustarte eso y aquello o tienes que tener unos amigos determinados o vestir de X manera... Pero esto no es solo para los gays, también para los heteros (¿cuántas veces hemos oído que los hombres no deben llorar, entre otras barbaridades?) o para las personas obesas ("si estás gordo no puedes hacer esto") y demás gilipolleces.
El problema, creo yo, no es la etiqueta en sí, si no precisamente todo eso que conlleva y que hace que actuemos diferente a como nos sentimos, a lo que queremos y cómo nos relacionamos con los demás y, sobre todo, lo que creemos que piensan de nosotros.
La novela está muy bien, su lectura es muy ágil. Ha habido algún trocito que se me ha hecho un poco cuesta arriba, los que describen los partidos de fútbol, ahí es donde se nota que el autor fue reportero deportivo, pues describe todas las jugadas con precisión y algún tecnicismo, que si no controlas no te aportan nada. Aún así, son los menos y más hacia el principio, luego ya la historia profundiza en otros temas.
Me ha gustado que a la hora de escribir no se ande con chiquitas y llame a las cosas por su nombre, si tiene que poner un insulto, pues lo pone o si tiene que hacer un comentario con lenguaje vulgar, lo hace. Me parece más cercano y realista. Algo que he notado en otros libros es la falta de según qué expresiones o palabras, puede que por el deseo de quedar bien, pero que los hace más fríos. Hay situaciones en que es muy factible soltar un "¡Joder!" o algo peor, y el hecho de que los personajes no lo hagan, me hace pensar en algo irreal. Aquí, por suerte, es todo lo contrario.
El protagonista, al principio, me pareció el típico al que todo le sale bien, pero luego veremos sus miedos, sus fallos, dudas y su mochila personal, como humano que es.
Como parte negativa, tiene muchas faltas de redacción, y más en cuanto más se acerca al final. ¿Qué pasa? ¿Que no existen los correctores? ¿O la persona que corrige lo tiene que hacer a mano y se va cansando? Entiendo que alguna se pueda escapar, no somos perfectos, pero cuanto se juntan tantas y bastante seguidas, a los que cansan son a los lectores, o, al menos, a mí sí. Ahora solo recuerdo una en que en lugar de "arbusto" ponía "arbuto", pero había varias de este estilo.
Me he enterado que hay una segunda parte. Esperemos que la editorial nos la pueda traer. Aún así, esta novela se puede leer de manera independiente, porque no deja hilos sueltos.

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