Autoeditado
4ª edición: 2016
176 páginas
Última palabra: ¡Canallas!
Sinopsis:
Hay personas que no dejan indiferente a nadie. La Veneno es una de ellas. En cierta forma viene a representar aquellos quince minutos de fama que predicaba Andy Warhol, y que ella a golpe de pecho multiplicó por cien.
Siempre dispuesta a asumir la vida como venga, dejándolo todo en manos del destino. El mismo destino que la llevaría, de la noche a la mañana, de saborear las mieles del éxito al involuntario descenso a los infiernos.
Cristina La Veneno es capaz de abarcar con su peculiar manera, diferentes temas, que van desde la familia, pasando por la cirugía plástica, el sexo o el drama carcelario. Es la historia de un joven que huyó de su pueblo transformándose en mujer. De una prostituta que ve cómo cambia su suerte. De un personaje famoso que jamás luchó por serlo. La Veneno envuelve todo el concepto de la España profunda, a la que parece que todo se le queda grande, pero no duda en ponerse el mundo por montera.
Deslenguada, sincera y divertida nos presenta su vida. Una vida nada común, única como su protagonista y que posee cierto aire melodramático, que servirá para conocer un poco más a Cristina, ya, para siempre, La Veneno.
Otro libro que nos permite hacer triplete para los puntos de personaje público (Quelibroleo y Retópata) y literatura LGBTIQ+ del Velocirepte.
Es probable que si no hubiese sido por los retos no lo hubiese leído. No recuerdo mucho de La Veneno en la época del Esta noche cruzamos el Mississipi que es cuando realmente saltó a la fama (tal como cuenta ella misma en el libro), pero sí que la recuerdo como un personaje público muy controvertido. Además, da la casualidad que a principios de año estuve en Madrid, en el Parque del Oeste, donde ella hacía la calle y vi la placa conmemorativa que pusieron (que parece ser que siempre está rota) y fue como una señal cuando lo vi como opción. Intenté ver en su día la serie que hicieron en Antena 3, pero no pude con ella (no porque sea mala, no lo sé, sino por cómo hablaban todos los personajes, a grito "pelao", que me ponía nerviosa), así que quise reconciliarme con ella.
Es un libro que se lee muy rápido. Básicamente son anécdotas y recuerdos de La Veneno, explicados por ella misma, con un poco de texto de Valeria Vegas que hace de nexo entre ellos.
Evidentemente, lo que más vais a encontrar es sexo. No explícito, por supuesto, pero casi es a lo que se dedicó esta mujer toda su vida, incluso estando en pareja, haciendo la calle, con famosos (de los que he reconocido alguna inicial) o con quien le apeteciera, así que, que le quiten lo "bailao".
También es verdad que hay más explicación de su pasado que de su presente o época más reciente al momento de escribir el libro. Por ejemplo, de su paso por la cárcel apenas cuenta nada y casi tampoco de cuando salió.
Por mucho que lo cuente ella con el salero que tiene, no ha sido una vida agradable, al menos a mi manera de ver. Porque, a pesar de haber sido famosa y ganar mucho dinero, las ha pasado muy putas, si me permitís la expresión. El hecho de, precisamente, tener que prostituirse porque no la contrataban para otra cosa, que todas las parejas que tuvo se aprovecharan de ella, no solo porque era una buenaza y una desprendida en el buen sentido, sino por el miedo a que no la quisiera nadie de verdad y la idea, metida en la cabeza también por otra compañera, de "si éste se levanta por la mañana contigo y no se va corriendo, es el indicado", demostrando una dependencia total a las relaciones tóxicas. La falta total de cariño en la familia y repudio de todo el pueblo hacia ella.
Como digo, no la recuerdo mucho y no puedo decir que haya sido un referente para mí en ningún aspecto, pero, en los tiempos en los que vivimos, sí que pienso que es una forma de dar visibilidad al colectivo y poner palabras a lo que pasaba (y puede que siga pasando) con estas personas que lo único que quieren es vivir y ser felices.
Esta edición contiene un montón de fotografías de Cristina en diferentes épocas de su vida y hay que reconocer que en algunas está preciosa (como la de la portada misma) y yo añado una más para dar el cierre:
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