09/04/2022

En camino de José Ángel Ares y Paco Hernández

 

Ediciones La Cúpula
2ª edición: agosto de 2021
174 páginas
Última palabra: comienza.

Sinopsis:
Emma, una dibujante de cómics en la treintena, acaba de dar portazo a su pareja y, guiada por un impulso, se planta en Roncesvalles con la mirada fija en Santiago de Compostela.
Con el paso de los días -y acompañada de aluna que otra ampolla inesperada-, irá dándose cuenta de que el camino que recorre la acerca y aleja de todos los que la rodean, que el peso de la mochila no solo lo llenan los veinte kilos de ropa y las dos sartenes que lleva dentro, y que lo ella creía que sería simplemente ponerse a andar y echarse kilómetros a la espalda, se convertirá en todo un aprendizaje, no solo por la gente que se cruzará en el trayecto, sino por todo lo que descubrirá sobre ella misma.

Paco Hernández escribe y José Ángel Ares dibuja esta maravilla de cómic. Tengo que reconocer que la historia en sí no me ha gustado demasiado, más que no gustar es que no me la he llegado a creer. Posiblemente porque soy una marmota muy pesimista y no me parece creíble que se lleguen a forjar las amistades que explica en el tiempo que dura el camino. 
Me ha parecido una maravilla por todo lo que me ha evocado. Los que no hayan hecho el Camino entenderán o se imaginarán lo que es y los que lo hayan hecho, como es mi caso, rememorarán todo lo vivido y se sentirán identificados con todo lo que cuenta.
No es sólo el peso físico que llevas en la mochila, sino el peso emocional, todo el lastre que llevamos encima. Empezar a andar te ayuda a pensar, reflexionar y darle vueltas a las cosas y eso es impagable. La emoción de llegar a los sitios y, sobre todo, a Santiago es indescriptible y te muestra que si eres capaz de hacer eso, eres capaz de hacer cualquier cosa, aunque los fantasmas de la rutina y del día a día lleguen a empañar ese sentimiento.
Quizás es porque no hice sola el Camino y por eso no me identifico con la historia que nos cuentan en el cómic y no me creo las relaciones que se establecen, aunque sí que te vas relacionando con la gente que te encuentras y con la que compartes albergue. Recuerdo con mucho cariño a un señor con el que coincidimos en dos albergues seguidos y esperábamos encontrarlo en un tercero, pero no fue el caso y no supimos nada más de él. Sólo espero que le haya ido todo bien y esté bien donde esté. También me gustó mucho un pequeño albergue cerca de Palas de Rey donde apenas éramos unos 6 u 8, lo que se hizo muy cercano e íntimo comparado con los grandes albergues llenos de personas. Y la gente que te encuentras en el Camino y te ayuda o te resuelve dudas. En general todo el mundo era muy amable y colaborativo, pero no pasaba de ese momento compartido y luego no los volvías a ver. Porque cada uno lleva su ritmo, cada uno hace su propio camino y no se parece al de nadie.
Sólo sé que quiero volver a hacerlo, sabiendo ahora las cosas que no sabía entonces y sabiendo que ahora soy una marmota distinta a la que era entonces y éste cómic ha hecho acrecentar las ganas que tengo de repetir.

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