26/09/2016

El jilguero de Donna Tartt


Lumen
Mayo de 2014
1143 páginas
Última palabra: siguiente

Sinopsis:
Al empezar El jilguero, entramos en una habitación de hotel en Amsterdam. Theo Decker lleva más de una semana encerrado entre estas cuatro paredes, fumando sin parar, bebiendo vodka y masticando miedo. Es un hombre joven, pero su historia es larga y ni él sabe por qué ha llegado hasta aquí.
¿Cómo empezó todo? Con una explosión en el Metropolitan Museum de Nueva York hace unos diez años y la imagen de un jilguero de plumas doradas, un cuadro espléndido del siglo XVII que desapareció entre el polvo y los cascotes. Quien se lo llevó fue el mismo Theo, un chiquillo entonces, que de pronto se quedó huérfano de madre y se dedicó a malgastar su vida, mientras el recuerdo de una niña pelirroja llenaba sus noches y un bulto sospechoso iba pasando de mano en mano hasta llegar a Holanda.
¿Cómo acabará todo? Para saberlo hay que dejarse llevar por el talento de Donna Tartt, la autora que ha conseguido poner al día las reglas de los grandes maestros del siglo XIX, siguiendo a Dickens pero también a los personajes de Breaking Bad, y aquí está El jilguero, probablemente el primer clásico del siglo XXI.

Este libro lo descubrí leyendo alguna reseña de Internet donde lo ponían por las nubes y después de leer la sinopsis me llamó tanto la atención que lo apunté a mi lista de pendientes. Fue pasando el tiempo y "gracias" a un test chorra de Facebook sobre qué leer me salió como resultado El jilguero y (sin acordarme que ya lo tenía apuntado, pero que me resultaba vagamente familiar) fui a añadirlo a mi lista cuando lo vi, ahí apuntado, el último precisamente. "¡Anda! ¡Esto es una señal!", pensé, "será éste el momento de leerlo", así que al día siguiente a la biblioteca que me fui a buscarlo.
Engancha desde el principio. Quieres saber por qué Theo está donde está y cómo pasó y, aunque desde las primeras páginas ya empieza a divagar, sigues leyendo porque quieres saber más.
Pero... Sí, hay un pero. Vas leyendo y ves que pasan cosas pero que en realidad no pasa nada. Siempre lo mismo, una y otra vez... El libro se vuelve repetitivo, denso, en ocasiones incongruente e incluso vacío porque lo que lees no aporta nada.
Una "autobiografía" de Theo a lo largo de unos 10-15 años donde, en mi opinión, te das cuenta que no madura.
¿Que el cuadro es el hilo conductor de la historia? El cuadro no toma protagonismo hasta la página 700 y pico.
¿Que el recuerdo de una pelirroja llena sus noches? Esa pelirroja apenas la mencionan y, cuando lo hacen, es de forma bastante vaga. Es un personaje en el que podría haberse profundizado muchísimo más y complementarlo con Theo y su vida.
Eso sí, las referencias a Breaking Bad supongo que serán por la mala vida que lleva el protagonista y por su amistad con Boris, un chico que me ha llegado a resultar odioso, egoísta, aprovechado y tan agobiante como me pareció Bruno de Extraños en un tren.
Tiene buena prosa, pero tiene diferentes ritmos narrativos que la hacen trastabillar un poco.
En resumen, un libro al que le sobran unas cuantas páginas (bastantes), en ocasiones muy llamativo y adictivo y que al final te hace reflexionar, aunque estás tan cansado de "verborrea" que no te apetece ni reflexionar.

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