Título original: La Terre en rond
Plaza & Janés
1ª edición: julio, 1961
239 páginas
Última palabra: interior.
Sinopsis:
Jacques Séguela nació en Perpignan en 1934, y Jean-Claude Baudot en Bar-le-Duc, en el mismo año. En 1942 se encontraron en Perpignan, donde la familia de Baudot se había refugiado y donde acabó por establecerse.
Séguéla ha estudiado en la Facultad de Farmacia de Montpellier, y es licenciado en Química. Durante su vuelta al mundo preparó la tesis de Farmacia, lo que no le impidió desempeñar otras múltiples funciones: fotógrafo, marino, escritor, mecánico, etc.
A su vez, Baudot, abogado y licenciado del Instituto de Estudios Políticos, cumplía sus tareas de tesorero y de hombre de Leyes, sin descuidar por ello la mecánica.
Ambos son igualmente modestos: no se consideran héroes, sino tan sólo dos muchachos franceses como los hay a centenares. Cien mil kilómetros en un 2cv constituyen, sin embargo, una proeza que requiere una tenacidad poco corriente.
Salidos de Parías el 9 de octubre de 1958 con su 2cv, Jacques Séguéla y Jean-Claude Baudot están de regreso el 12 de noviembre de 1959. Han recorrido 100.000 kilómetros, atravesado 8 desiertos y 50 países; y han pasado 350 noches a la intemperie y 2.247 horas al volante.
En el curso de un año y un mes de viaje a través de los cinco continentes les sucedieron toda clase de aventuras, dramáticas unas, divertidas otras. Convivieron con los tuaregs del Sahara y los vagabundos de San Francisco. Fueron desvalijados en Johannesburgo por la chusma que trabaja en las minas de oro, y saqueados en Tailandia por piratas birmanos que les abandonaron en la selva, atados a un árbol. Han atravesado el Pacífico en la bodega de un paqueboto, pero en Honolulú pasaron un día en plan de millonarios. Fueron atacados por un elefante en el Congo, y por un tigre real cerca de Delhi... Perdidos en el Gran Desierto Salado, donde la oftalmia de las arenas dejó ciego a Jean-Claude, permanecieron durante quince horas sin agua ni comida, expuestos a los efectos del sol más ardiente del mundo. Terminaron la travesía del terrible desierto negro de Beluchistán, después de veintiocho horas de penalidades. Y vadearonn la cuenca del Indo, crecido por las inundaciones, sondando el agua durante un día entero.
He aquí lo que cuentan Baudot y Séguéla en esta obra encantadora, cuyo estilo supone una renovación del libro de viajes.
Es la "nueva ola" de la aventura.
Para el punto de literatura de viajes rescaté este libro heredado de mis padres y que llevaba tiempo en el estante (ya sabéis que intento priorizar pendientes de casa) y fue toda una sorpresa.
Nunca (al menos que recuerde) había leído literatura de viajes (me podría haber servido también para el Retópata ahora que caigo) y no sabía qué esperar, pero ya digo que ha sido muy interesante.
Aunque haya podido quedar algo anticuado es muy atrayente ver cómo son las diferentes sociedades y países por los que van pasando y no poder evitar compararlo con lo que vivimos o hemos vivido.
También ha sido muy agradable el estilo que no deja de ser un diario personal con un estilo ágil y desenfadado donde van contando las diferentes anécdotas como si fuera un relato. Al final de cada capítulo, que no son muy largos, hay una pequeña lista de otras anécdotas que no han entrado en la redacción del mismo pero que imagino que no querían que fueran olvidadas.
La edición se complementa con unas cuantas fotografías en blanco y negro hechas por los mismos autores y que complementan algunos de los pasajes que leemos, aunque he echado en falta alguna más. También entiendo que con lo que han vivido no podían estar pendientes de sacar fotos de todo...
También incluye unos anexos con unas pocas listas a modo de resumen de varias cosas: sus paisajes favoritos, el material que llevaban y los recambios del coche, lo que les han robado...
El libro en sí, además, es bonito. En la foto os enseño la sobrecubierta pero si hay demanda, os añado más fotos. Es de un color amarillo precioso con el coche en portada y con una línea de puntos en bajorrelieve creando parte del itinerario y unas guardas preciosas también, las primeras con el mapamundi y el itinerario completo y las del final con un dibujo del coche y todas sus partes señaladas.
Si lo tenéis por casa o lo encontráis en alguna librería de segunda mano (ya que está descatalogado por lo que he visto), animáos a leerlo como lectura ligera e, incluso, para leer a trozos en diferentes ratos.
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