Editorial Molino
2003
251 páginas
Última palabra: ¡Platicéfala!
Sinopsis:
Una bailarina rusa que planea un chantaje, un robo de diamantes en África del Sur, un hombre que muere empujado a la vía del metro de Londres y un extraño pedazo de papel. Éstas son las piezas del rompecabezas que casualmente caen en manos de Anne Beddingfeld, la hija de un famoso arqueólogo, que decide descubrir la trama completa sin importarle los riesgos que debe asumir para ello.
Cuarto libro de Christie, totalmente distinto a lo escrito hasta ahora. Aquí encontraremos una historia de aventuras con toques de investigación, giros inesperados estilo Christie y algo de amor. No tiene nada que ver con las novelas detectivescas (interrogatorios a fondo, pruebas...) ni con las de espionaje (como la de Tommy y Tuppence).
Tengo que reconocer que me ha costado leerla, pues aunque el grupo de personajes es relativamente reducido, hay varios escenarios y todo va mucho de aquí para allá y me he llegado a perder en algún tramo.
En mi opinión, la parte romántica me ha sobrado bastante (creo recordar que me pasó lo mismo con Roble Claro). Christie siempre mete algo de amor, lo encuentro normal y lógico (contando que está escrito en 1924), pero ha resultado demasiado empalagosa.
En general, una novela rebuscada, como todas las suyas, pero distraída para pasar el rato. Para mí, no es una de sus mejores.