Ediciones Siruela
Diciembre de 1990
549 páginas
Última palabra: corazón.
Velocirepte 2018
Sinopsis:
1949. Dos jóvenes músicos procedentes de Cuba llegan a Nueva York con sus instrumentos bajo el brazo. Instalados en casa de un familiar, los hermanos Castillo trabajan durante el día y dedican sus noches a la música. Pronto se convierten en las estrellas de las salas de baile, en las que su orquesta toca boleros, mambos, rumbas y cha-cha-chás, la música sensual y vibrante que los convertirá súbitamente en Los Reyes del Mambo.
Óscar Hijuelos realiza un maravilloso retrato de los hermanos Castillo, sus triunfos y sus tragedias, y revive toda una era gloriosa en la música de origen hispano y en la vida norteamericana. Recuperando la Nueva York que habitaron sus padres, Hijuelos crea una rica y fascinante obra sobre la pasión y la muerte, la memoria y el deseo, y compone una inolvidable canción de amor a la vida misma.
Libro que se podría haber llamado perfectamente "Los Reyes del Mambo tienen un pene inconmensurable y se las llevan a todas de calle".
Lo siento, pero no entiendo cómo, teniendo una historia apasionante de migración, añoranza de un pasado, ilusión por un futuro, choque de culturas y dificultades varias, el autor ponga el énfasis de su historia en las escenas de sexo. Escenas de sexo, muchas y muy explícitas, que podrían haber formado parte de la historia, como lo forman de la vida, pero de una manera un poco más sutil para que no sea el recuerdo principal que quede en la memoria una vez cierras el libro.
Dicho esto, la historia no está mal, muy bien documentada y muy bien descritos los sentimientos y pensamientos de los protagonistas (César, el aventurero e ilusionado con la vida que les espera; Néstor, el melancólico arraigado a su pasado); aún así, no he logrado simpatizar con ningún personaje, ni de los protagonistas ni de los secundarios.
Sobre el tema del mambo, no hay que preocuparse, es sólo la banda sonora de fondo y, aunque no te guste ese tipo de música, no hay conflicto ni dificultad a la hora de leer la historia.
En resumen, una novela que me ha decepcionado, pues lo que pintaba muy bien como historia de emigrantes lo toca de pasada, sin rascar mucho la superficie.
La novela habría quedado mucho mejor, incluso habría resultado apreciable, con la mitad de su extensión o incluso menos. Como ha mencionado la Marmota, las escenas de sexo son muchas. En mi opinión, demasiadas, y harto desagradables. Cada dos o tres páginas se interrumpe la narración para que el protagonista u otro personaje recuerde una "hazaña". El autor parece tan obsesionado con el tema que, cuando quiere contar una escena sexual, pero por algún motivo no queda bien con el personaje protagonista, se inventa algún otro que aparece solo durante un momento para contar la escena y luego desaparece por completo de la narración.
ResponderEliminarAlgo similar, en menor medida, pero igualmente irritante, se aplica a las descripciones de comida: cada vez que un personaje come, hay que hacer una lista completa del menú, que encima es siempre el mismo. Siempre. Da la impresión de que los cubanos comen siempre, siempre lo mismo. Una cosa sería describir la gastronomía típica de la isla, que combinaría muy bien con el interés que se pone en la música y las costumbres; pero para el autor esa gastronomía consiste en cuatro o cinco platos y ningún cubano comerá nunca otros, aunque esté en Nueva York o en cualquier otra parte del mundo y tenga todo tipo de alimentos disponibles.
De modo que una narración que podría ofrecer los contrastes entre sueños cumplidos o fracasos, adaptación o desarraigo, época dorada o presente mediocre... se ve lastrada por innumerables escenas de sexo tremendamente aburridas, descripciones de comida idénticas entre sí, e historias de personajes que aparecen durante media página y de los que después no se vuelve a saber nada. Yo he tenido la impresión de estar leyendo lo mismo página tras página. Solo los dos hermanos protagonistas tienen una personalidad desarrollada y propia. Por lo demás, el autor parece considerar que todos los cubanos están cortados por un mismo patrón y todas sus vidas son iguales.
Aunque el libro, en fin, me ha parecido aburridísimo, hay un detalle narrativo que me ha gustado por su realismo. Hay un personaje muy importante para Néstor, uno de los protagonistas. Después de que se separen (concretamente, después de que este personaje abandone a Néstor), sigue apareciendo de modo recurrente en el pensamiento de Néstor, en sus recuerdos, en sus sueños. Nunca vuelve a estar presente en la novela y, viendo el resto, yo me esperaba que apareciera en algún momento melodramático para dar un golpe de efecto. Pero no, no aparece nunca, por más que siga para siempre en el corazón de Néstor. Me ha parecido el detalle más creíble de toda la novela: si alguien te abandona, no pestañeará aunque te mates en un accidente de coche.