Editorial Bruguera. Colección Rosaura nº 827
Octubre 1965
128 páginas
Última palabra: sentía...
Sinopsis:
No aparece en el libro. Sir Humberto Leydoock, de la alta sociedad inglesa, está envuelto en un gran enigma. Tres veces ha intentado casarse y las tres veces su futura esposa ha muerto al pie del altar, de un ataque al corazón, en el preciso momento de dar el "sí". Harto de las habladurías, decide desaparecer de Inglaterra bajo un nombre falso, aunque esto no haga más que aumentar las mismas...
Novela rosa y romanticona a más no poder, de amor a primera vista como todas las de la época (por lo que ya os podéis imaginar qué pasa), pero con un toque de misterio que le da algo de gracia al relato. ¿Por qué todas las prometidas de Leydoock mueren antes de dar el "sí" y, sobretodo, por qué todas de la misma manera?
Muy fácil y rápida de leer, aunque a trozos se haga un poco pesada, pues se repiten discusiones y se alargan en demasía y el uso abusivo del pronombre relativo "cual" y la conjunción "mas" hacen que algunas frases suenen recargadas e, incluso, que pierdan el sentido.
Aparte de eso, es una novelita para pasar el rato, no apta para alérgicos al almíbar.
Aunque no soy para nada de este estilo de novelas me ha hecho gracia leerla porque éstas novelitas eran de mi tía de cuando era joven y es interesante ver los controles de acceso a dichos libros, ya que en la primera página aparece la "Calificación de nuestro asesor moral" anunciando que es "apta para todos". Hojeando otras novelas del estilo (que supongo que algún día serán reseñadas aquí) he visto que algunas no eran aptas, por lo que habrá que ver el nivel de escándalo que ofrecen para ser "censuradas" a determinado público.
Vaya pestiñoooooo... quiero decir, ¡cuán lamentable que las novelas rosa ligeras hayan sido, en muchos casos, las únicas instrucciones con que las jovencitas se abocaban al matrimonio! Me imagino a muchas con la cabeza llena de misteriosos lores ingleses, misteriosos sultanes árabes, misteriosos gángsteres americanos... casándose luego con el señor normal. Además de la revisión moral (que hacía un cura, y me imagino también el padecimiento del pobre hombre teniendo que leer semejantes cursiladas), los libros románticos deberían haber llevado una etiqueta de aviso: "Importante: el contenido de la novela puede no corresponder con su propia experiencia matrimonial".
ResponderEliminarMe he quedado con las ganas de saber qué les pasa a las pobres novias de Lord Lexibook, pero voy a apostar por la criada/ madre/ ex pareja loca que ayuda a vestirse a la novia y le da disimuladamente un traguito de veneno. "¡No será de nadie!".
Luego se quejan de Disney y el príncipe encantado, pero esto es más de lo mismo...
EliminarParece ser que la gracia de éstas novelas (si te las tomas como ficción) es precisamente en soñar con ese mundo ideal donde tu marido es perfecto y está enamorado de ti hasta la médula y todo es romántico.
Pero sí, si no hay una educación detrás o una explicación de que eso es ficción, pueden llevar a desengaño y encontrar un marido que lo más bonito que te haga sea arreglarte la cocina...
Spoiler!!!!
Te has acercado muy mucho a lo que ocurre, hay "venenos" de por medio, pero debes apostar por una de las tres opciones que has dicho 🤭
Lo primero que me pasó por la cabeza fue que Sir Humberto era en realidad (sin saberlo) un avanzado modelo de robot humanoide cortocircuitado. Al deslizar el anillo por el dedo de su prometida, le transmitía una descarga eléctrica (ya se sabe lo buen conductor que es el oro) y la dejaba frita.
ResponderEliminarLo segundo que pensé después de reflexionar sobre mi primera hipótesis... es que quizá estoy leyendo demasiada ciencia ficción últimamente y debería diversificar más mis lecturas.
Jajajajja. Pues yo creo que sí. Hubiera estado bien por eso. Se podría hacer un remake: Al pie del altar 2.0
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