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31/08/2018
Cenicienta de Perrault / Cenicienta de Disney
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Sinopsis:
Una doncella será convertida en sirvienta por puros celos y envidia, pero la historia dará un vuelco cuando el príncipe de la corte la conozca.
Reto Walt Disney: Clásico nº12
Cuento clásico donde los haya, típico de chica conoce chico, se enamoran, se reencuentran y se casan. De esos que hoy en día reciben críticas duras por parte de determinados colectivos, pero es una discusión en la que no voy a entrar ahora.
Teniendo en cuenta que es de 1697, nos encontramos en la época de los palacios, los bailes reales y la distinción de clases entre nobles y sirvientes.
Es un cuento que nos quiere remarcar la moraleja de ser buenas personas y tener buen corazón y acabaremos recibiendo nuestra recompensa (la ley del karma), pero también pone énfasis en que la doncella era la más bella del mundo, por lo que no sé hasta que punto se basa más en la superficialidad (¿se hubiera enamorado el príncipe si la muchacha hubiese sido más bien feúcha, aunque generosa, amable, paciente y divertida?).
En comparación con la película, es prácticamente calcada. Lo que cambia son los animales que transforma el hada madrina; en la película son sus amigos (los ratones, el perro y un caballo, que, curiosamente, lo convierte en cochero, en lugar de hacerlo tirar de la carroza) mientras que en el cuento son animales que moran en el jardín o en las ratoneras y va a buscarlos a propósito para el hechizo.
También el papel de la madrastra como antagonista es más marcado en la película que en el libro, dejando a las hermanastras como dos tontas segundonas.
Y, por último, en el cuento hay dos bailes, mientras que en la película todo pasa en una noche.
"La Cenicienta" es una de esas historias universales que presentan versiones similares en diferentes países del mundo desde la más remota antigüedad. No se sabe con certeza si la primera versión es la griega o la egipcia, en el s. V a.C.; las versiones más conocidas y recordadas, sin embargo, son las del s.XVII de Charles Perrault (en Les Contes de ma mère l'Oye, 1697) y la del s. XIX de los Hermanos Grimm (en Kinder- und Hausmärchen, 1812). La adaptación de Disney sigue la versión de Charles Perrault, y a ella nos referiremos. En la versión de Grimm, como muchos otros de sus cuentos, las moralejas se enseñan con sangre, violencia y mucho dolor físico; la de Perrault es mucho más amable y Disney no necesita descafeinar nada.
ResponderEliminarLa premisa del cuento es sobradamente conocida: tras enviudar, un hombre rico que tiene una hija vuelve a casarse con una señora, también viuda, que también tiene dos hijas. La madrastra convierte a su hijastra en una criada para que sean sus propias hijas las que más destaquen en su hogar; todo esto con la connivencia del padre, que por lo visto está completamente de acuerdo con el trato que su hija recibe de su nueva esposa (en el cuento se dice que la muchacha no se atrevía a quejarse a su padre por miedo de que la castigara). Como la cruel madrastra obliga a la muchacha a dormir entre cenizas y desperdicios, la hermanastra mayor la llama Culoceniza, y la menor, menos agresiva, Cenicienta.
A todo esto, el príncipe de la región celebra un baile al que asisten las dos hermanastras con sus mejores galas; la muchacha se queda en casa lamentándose, cuando de pronto aparece su madrina, que resulta ser un hada, y transforma diversos vegetales y animales del jardín en carroza, caballos y criados, y finalmente le da a su ahijada un hermoso vestido y unos zapatos de cristal, material éste no muy adecuado para elaborar calzado. La muchacha puede partir al baile con la condición de que regrese antes de medianoche, ya que, al sonar la última campanada, su carroza volverá a ser una calabaza, sus caballos ratas, sus criados ratones, y sus vestidos harapos.
En el Palacio, el príncipe se prenda inmediatamente de la muchacha y la saca a bailar. Ella no pierde de vista el reloj y vuelve a casa antes de las campanadas. La noche siguiente, la bendición del hada se repite, pero la chica está tan encandilada con las atenciones del príncipe que pierde la noción del tiempo y ha de salir corriendo cuando suena la primera campanada de medianoche, perdiendo uno de sus zapatos en el camino. El Príncipe recoge el zapato, declara que se casará con aquella a quien le siente perfectamente (obviemos de momento que eso incluiría a decenas, quizá cientos de mujeres) y se lo va probando a todas las damas de la corte: primero a las princesas, luego a las duquesas, y luego va bajando de categoría hasta las villanas. Como es sabido, al final llega a la muchacha que duerme entre cenizas, y para corroborar que es ella, justo en el momento en que el zapato entra en su pie, aparece de nuevo la madrina y le devuelve sus magníficos vestidos. La muchacha se casa con el príncipe, coloca a sus hermanastras en la corte y las casa con grandes señores. De su padre y su madrastra no volvemos a saber nada.
Curiosamente, en el cuento de Perrault nunca sabemos el nombre de la heroína ni de ningún otro personaje, salvo uno. La protagonista solo es conocida por sus motes de "Culoceniza" o "Cenicienta"; su padre, así como el enviado del palacio que prueba el zapato, son "Gentileshombres"; la segunda esposa de su padre es la "Madrastra"; las hermanastras son "La Mayor" y "La Menor"; su rendido enamorado es el "Príncipe" o "El Hijo del Rey". Más curioso aún es que el único personaje del que se indique el nombre sea la hermanastra mayor, a quien Cenicienta llama en una sola ocasión "Señorita Javotte". Es una característica habitual en los cuentos de Perrault, que tienen tanta prisa por llegar a la moraleja que otras partes importantes de la narración parecen quedar a medio hacer.
ResponderEliminarEl cuento de Perrault, así pues, es breve y directo. Los personajes no necesitan mucha presentación ni caracterización, ni interactúan mucho entre ellos. Llama la atención que los únicos diálogos tienen lugar entre Cenicienta y sus hermanastras, y Cenicienta y el Hada Madrina: Cenicienta y el Príncipe, que se enamoran en espacio de pocas horas, no se cambian ni una palabra, como tampoco lo hacen Cenicienta y su padre, el "Gentilhombre" al que le parece bien que su hija duerma entre inmudicia. El desenlace es rápido y el cuento concluye con dos moralejas. La primera dice que ser hermosa es un tesoro, pero que es más importante tener "gracia". La segunda es bastante deprimente: la belleza, el sentido común, la valentía, el espíritu "y otros dones", no te sirven de nada si no tienes un buen padrino o una buena madrina, dice literalmente Perrault.
La adaptación de Disney es bastante fiel al cuento y a su propia tradición: muchas canciones, animales parlantes, padres muertos (sí, se cargan al padre de Cenicienta en el mismísimo principio) y la infalible relación entre hermosura física y espiritual. Aunque en el cuento original no se dice nunca que las hermanastras sean feas (en la versión de los Hermanos Grimm, incluso, se dice que son muy bellas), en la película de Disney sí lo son, para recalcar que son malas. Ojos saltones, narices enormes, voces chillonas, torpeza general, vestidos ridículos. Tiene que notarse a primera vista que son malvadas, como si convertir a su hermanastra en criada y llamarla Culoceniza no fuera suficiente. Cenicienta, por supuesto, es bonita y delicada, de dulce voz, amiga de todos los animales (incluso del gato de las hermanastras, que por supuesto también es malvado y huraño) y tiene sofisticación y buen gusto. Disney prescinde de la figura del padre de Cenicienta, añadiendo por el contrario al rey de la región y a su canciller, y da nombres a la madrastra (Lady Tremaine, aunque su nombre no llega a decirse en la propia película) y a las hermanastras (Anastasia y Griselda).
Si no recuerdo mal, sí nombran a la madrastra y a las hermanas en la peli, o en el baile o cuando van a su casa a probar el zapato, eso no lo tengo claro.
EliminarPor lo que yo recuerdo, los nombres de las hermanas sí se dicen algunas veces, pero es el de la madrastra el que no se llega a mencionar. De todos modos no he visto la película recientemente, así que puedo estar equivocada.
EliminarComo es habitual, en la película destaca la maravillosa animación, especialmente en las escenas en que Cenicienta friega la escalera mientras fantasea con el amor verdadero, el Hada realiza su magia, y Cenicienta y el Príncipe bailan en los jardines del palacio. Lo que personalmente me gustó menos de la adaptación fue todo el metraje que se dedicó a los ratones - metraje que podrían haber empleado en que Cenicienta y el Príncipe se conocieran un poco mejor, aunque fuera solo un poquitín - y sus insoportables voces agudas que hacen la mitad de sus parlamentos y canciones completamente ininteligibles. Dedican tanto tiempo a mostrar las aventuras de los ratones y sus enfrentamientos con el gato que a ratos parece que la película sea sobre ellos y Cenicienta sea un personaje secundario. Un detalle que me gustó fue que el sufrido Canciller es el único que demuestra un poco de sentido común en el asunto del zapato y exclama que puede venirle bien a miles de doncellas; de poco le sirve porque al rey le da totalmente igual con quién se case su hijo, mientras le dé nietos pronto. La película, a diferencia del cuento, nos da a entender que es el sistema del Hada para que el Príncipe encuentre a Cenicienta (ya que los zapatos no desaparecen después de las campanadas) y podemos imaginar que solamente le vendría bien a ella y a ninguna otra muchacha, pero si lo que quería era poner a prueba la perseverancia del Príncipe, podría haber esperado que él tomara la iniciativa de buscarla.
ResponderEliminarLa adaptación de Disney tiene dos secuelas directas-a-vídeo, que siguen la historia de Cenicienta después de casada, y una versión en imágenes reales (Cinderella, dirigida por Kenneth Branagh, 2015), que incorpora detalles de la versión de Grimm, así como elementos originales.
Una de las dos secuelas de dibujos me resultó entretenida, creo que la tercera. La de imágen real es horribleeee!!!! Totalmente innecesaria...
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