Editorial Molino
1962
190 páginas
Sinopsis:
Cuando Archie Goodwin el bien conocido ayudante de nuestro insuperable Nero Wolfe fue invitado en substitución de otro huésped a una reunión llamémosla social, dedicada a un grupo de jóvenes madres, que por cierto resultan ser solteras, ni el mismo Wolfe podría haber previsto que Archie tenía que verse envuelto en un perverso y horrible asesinato.
Nero y Archie mezclados con la alta sociedad, la autoridad y el prestigio de la policía de Nueva York y el frío e implacable asesino, son los componentes de este nuevo enigma que se nos ofrece para desentrañar y que el obeso detective resuelve con su eficaz sagacidad.
El estilo del autor es como siempre en todas sus excelentes obras, mordaz, irónico, cínico inclusive y como es costumbre, divertido.
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Ha sido un libro algo lento, puesto que con la negación de Archie a explicar nada, pues eso, no pasaba nada y costaba avanzar.
Nero Wolfe, el brillante detective, al menos en este libro pasa a estar en un segundo plano, como si fuera un secundario que pasaba por ahí y que tuvo la ocurrencia de resolver el crimen y, pese a que guía a sus ayudantes por donde deben buscar, todo el peso de la investigación, y por consiguiente toda la trama, cae encima de éstos y de Archie. Nero Wolfe parece ser que no sale de casa, así que eso sería lo normal en todas sus novelas, habrá que leer alguna más para poder comparar.
En general, un librito distraído que se lee con facilidad y bastante rápido, con una historia algo rebuscada, pero con un desenlace lógico, no se dejan ningún cabo por atar.