Producciones editoriales
1976
299 páginas
Sinopsis:
Ni siquiera la guerra puede arrancar de la mente del hombre el aguijón imperativo del deseo, Es la ley misma de la vida. Aún más, cuando el peligro se cierne sobre la criatura humana, se exacerba el ansia de placer. Así, el soldado que va a morir unos metros más allá, se alza gozoso de la mujer que acaba de violar, y el combatiente aprovecha el más corto permiso para visitar el prostíbulo.
Profundos conocedores de las debilidades humanas, los nazis forjaron el más colosal cepo que jamás haya sido ideado. Sabían que un hombre, en los brazos de una mujer, se olvida frecuentemente de los graves deberes que caen sobre él, de los secretos que le han sido confiados,
No se sabe exactamente de quién partió la idea, aunque salió sin duda de los tenebrosos despachos del SD alemán, a cuya cabeza se encontraba el Verdugo de Praga, el Reichprotektor de Bohemia y Moravia, el Obergruppenführer Reinhard Heydrich, el niño mimado del Reichfürer Himmler.
De los cerebros retorcidos de los hombres del SD nació la idea de sacar jugo a la debilidad humana. Así nació el tristemente famoso Salón Kitty.
Se habla de Kitty Schmidt como directora de aquel centro, una vieja prostituta, nacida en 1882, pero sometida a la cirugía estética, directora de uno de los más elegantes prostíbulos de la capital alemana.
Una película reciente nos ofrece la versión novelada de aquel famoso Salón Kitty, en un espectáculo teatral, a veces circense, exagerado siempre, con uniformes más dignos de las historietas de Flas Gordon que de la realidad nazi,
Sirviéndose de documentos hasta ahora inéditos, sobretodo de la carta que le dirigió el Hauptsturmführer Günter Hollweg, uno de los pocos supervivientes que conocieron la gestación del Salón Kitty, Karl von Vereiter arremete contra los tópicos y la leyenda, descubriendo al lector la verdadera Kitty, la joven ramera de Munich que se atrevió a alzarse contra los pervertidos de la SA, llamando la atención de los hombres de la Gestapo y Berlín.
La vieja Kitty, la Schmidt, no gozó nunca de la confianza de los hombres de la SD, y carecía de altura para enfrentarse con las mujeres que debían sonsacar los secretos a los clientes del salón.
Aún más, parece ser que la Schmidt no supo jamás los secretos que se ocultaban en los sótanos de la Giesebrechtstrasse.
Fue, sin duda alguna, la joven Kitty quien adiestró a las muchachas de la SS que se presentaron voluntarias para convertirse en refinadas meretrices, en prostitutas de lujo, capaces de satisfacer los más exóticos caprichos, las más retorcidas perversiones de la clientela.
La figura de Kitty, la joven Kitty, cobra, a lo largo del relato, dimensiones increíbles. Es la prostituta real, cargada de reproches, angustiada por la propia existencia, luchando por mantenerse limpia, humana, en el lodazal al que el destino la ha precipitado.
Salón Kitty. Un libro que no olvidará nunca.
Muy buena novela, basada en un hecho real, que te ayuda a hacerte a la idea de cuán retorcidas eran las mentes de los nazis y cuán fríos eran sus corazones y su moral. Cuchilladas por la espalda, mentiras, traición, lavados de cerebro, esta gente no tenía límite. Es muy dura, ya no por cómo está escrita (aunque el final es brutal), sino por las situaciones que ocurrían en la Alemania nazi. No os lo perdáis, como reza su sinopsis, no lo olvidaréis.